La Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), todos los organismos multilaterales del hemisferio están “preocupados” por la actual migración venezolana, calculada en 2,3 millones de personas, según datos recientes de la ONU.
La situación se debate en el continente, pues las naciones priorizadas por los venezolanos son las del sur: Chile, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil y Colombia, éste último la mayoría lo usa de tránsito, sin embargo se estima que entre 900 mil y 1 millón estén en el vecino país.
El miércoles, la Cidh y tres organismos de la ONU pidieron a estos países de Latinoamérica que desarrollen una respuesta regional coordinada para responder al desplazamiento “masivo” de inmigrantes, y que la respuesta esté “basada en los derechos humanos y en el principio de responsabilidad compartida” y que, además, proteja los derechos de los inmigrantes y refugiados antes, durante y después de su tránsito, ya que éstos son expuestos a prácticas discriminatorias, desde la solicitud de pasaportes para entrar a países receptores en los que en principio solo se exigía la cédula de identidad, hasta la militarización de las fronteras, pasando por casos de expulsiones colectivas.
mientras que la organización Amnistía Internacional hizo un llamado a proteger los derechos humanos de los desplazados.
La migración venezolana a causa de la crisis económica lleva más de tres años, pero sin duda ha tenido un auge en este 2018. Se considera atípica por el volumen de personas en tan poco tiempo. Desde familias enteras, solteros, padres que se van primero dejando su esposa e hijos en el país, se han aventurado a migrar sin importar si llevan pasaporte vigente o no. La mayoría se va por Cúcuta.
Para Armando Borrero, analista político colombiano, lo inusual es que a los países está llegando gente por cantidades.
Por años Venezuela fue receptora de migrantes, ahora quienes nacieron en esta patria se están yendo, alegando la falta de alimentos como la principal razón.
“Las migraciones hacia Venezuela se dieron en períodos largos, sobre todo en los años 70 con el empuje petrolero, para esa época la llegada de personas era grande por temas económicos, se iba absorviendo mano de obra. Fue grande la migración pero no masiva en un período tan corto de tiempo”, opinó Borrero, quien señala que hay divergencias en Suramérica en cuanto a la recepción de los venezolanos.
“La posición de los países es solidarizarse con los migrantes, pero hay algunas naciones con posiciones un poco ambiguas, Colombia y Perú han sido un poco más claros y han dicho que sí los van a recibir, Ecuador ha sido más ambiguo, pone trabas para el ingreso.
En Colombia ya inició la emisión de los carnet de salud para que los venezolanos tengan derecho a protección social, se aprobaron ya 450 mil afiliaciones y en Bogotá ya se han atendido en salud a 65.000 personas. Calculamos que hay entre 900 mil y 1 millón en Colombia”, expuso Borrero.
El presidente colombiano Iván Duque advirtió que en su reunión con Donald Trump en noviembre le planteará el tema.
Desde Miraflores se desmiente que haya crisis humanitaria y se puso en marcha el Plan Vuelta a la Patria con el que se han repatriado 1.230 personas. La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, dijo que las cifras de migrantes son “abultadas”.
La socióloga Maryclen Stelling argumentó que en el tema hay una intencionalidad política, sin embargo, no se puede negar la huida de venezolanos por la crisis. “Hay una serie de mitos, no es cierto que la gente se esté yendo a pie, nadie puede llegar a pie de Venezuela a Ecuador. La gente que se está yendo por tierra es la de bajos recursos”.
Agregó que Venezuela nunca había sido un país que migraba sino que era receptor, “lo otro que nos diferencia es que es una migración de un país petrolero, de gente que lo tenía todo, que no paga educación, que tiene beneficios que en otros países no”.
Fuente: Panorama