La base recogerá, además de la información personal del viajero, sus datos biométricos (una imagen facial de reconocimiento y cuatro huellas dactilares) que harán innecesario estampar en los pasaportes los sellos de la concesión del visado.
Estos datos se guardarán entre tres y cinco años.
El nuevo sistema informático de Interior se conectará al sistema de entradas y salidas (EES en sus siglas en inglés) puesto en marcha por el Consejo de Europa. A través de él, el resto de países del acuerdo Schengen podrá consultar los datos de los viajeros extracomunitarios que entren por las fronteras españolas. Por su parte, Policía Nacional y Guardia Civil también podrán revisar los “historiales de viaje” que vuelquen otros Estados.
El objetivo final, añade el documento, es “reforzar la seguridad interior y la lucha contra el terrorismo y los delitos graves». El objetivo es subsanar los problemas detectados desde la entrada en vigor en 1995 del Acuerdo Schengen de supresión de controles fronterizos internos, que engloba a 23 países de la Unión Europea, además de Suiza, Noruega e Islandia.
La herramienta, que deberá estar operativa en 24 meses, recogerá las fechas y lugares de entradas y salidas además de los de denegación de entrada, de todos los ciudadanos extracomunitarios que crucen las fronteras españolas. Solo en 2018 fueron cerca de 60 millones, según datos de Interior.El Ministerio Interior de España quiere que el sistema comience a estar operativo a lo largo de 2020, como fijó la Comisión Europea, por lo que ha acelerado el concurso. El próximo 17 de diciembre es la fecha límite de presentación de ofertas. La adjudicación se producirá el 2 de enero.
Fuente: elpaís.com