Después de que se rechazara su apelación de solicitud de refugio, Luiz Antonio Rodrigues Bonito, dijo que la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá le notificó este mes que tenía que comprar boletos de avión este viernes y estar fuera del país el 21 de enero.
“Me siento triste, desesperado, simplemente porque mi hija Ana, 11 años, está muy feliz aquí”, dijo Luiz, de 56 años, quien trabaja como conserje con su esposa, Sandra Suárez de Rodrigues, de 50 años, en una iglesia local.
“Cuando hablo con ella y le digo: ‘Sabes, debemos irnos de Canadá’ ella llora mucho”.
Todavía en Venezuela, en 2014, Cristina, hermana de Luiz, recibió del ministerio de Inmigración de Manitoba los papeles como residente permanente a través del Programa Provincial de Nominados. Ella planeaba posponer su mudanza a Winnipeg hasta que Luiz y el resto de la familia también obtuvieran sus papeles, pero la invasión de la casa ese año cambió todo.Sufrieron una traumática invasión y robo en el hogar en 2014, entonces la familia huyó en 2015 de Venezuela a Winnipeg, donde la familia del hermano de Luiz vive desde la década de 1970.
Luiz llegó entonces a Canadá con su madre, esposa, hija y su hermana Cristina Rodrigues Bonito. Ellos se fueron en medio de la agitación económica que generó una crisis de refugiados que ha visto a más de dos millones de venezolanos huir del país sudamericano en los últimos años, según estimaciones de las Naciones Unidas.
Luiz llegó a Winnipeg con un visa de turista en 2015, al igual que su esposa y su hija, luego de que su solicitud al programa de trabajadores calificados de Canadá, al que había postulado, fuera rechazada.
Mientras estuvo aquí, supo que su solicitud a través del Programa Provincial de Nominados de Manitoba también fue desestimada en 2015.En 2017, Luiz y Sandra obtuvieron permisos de trabajo y su voluntariado en la Iglesia Oasis se convirtió en trabajos remunerados como guardianes.
FUENTE: RADIO CANADA INTERNACIONAL